La fotografía registra una vista urbana de calle Prat esquina Serrano al finalizar la década de 1920.
La configuración urbana responde a una lógica ortogonal propia del trazado en damero, característico de muchas ciudades chilenas fundadas o reordenadas durante la expansión de la minería y actividad portuaria, sumándose la planificación estatal.
La calle es amplia, sin pavimentar y está bordeada por veredas elevadas de piedra o concreto, lo que indica una diferenciación entre espacios de circulación vehicular y peatonal. La presencia de postes eléctricos y de telégrafo da cuenta de una infraestructura de servicios en desarrollo, lo que sitúa la imagen en un momento de modernización temprana.
La ausencia de vegetación y el carácter árido del entorno remiten a las condiciones desérticas de Tocopilla. La pendiente que se observa al fondo refuerza la topografía accidentada típica de del puerto, una ciudad enclavada entre cerros y el litoral.
Los edificios se alinean de manera continua sobre la línea de edificación, con fachadas que conforman un frente urbano compacto y homogéneo, lo cual contribuye a una imagen coherente de ciudad. La mayoría de las construcciones visibles están hechas en albañilería y madera, lo que sugiere una combinación de materiales locales y traídos por vía marítima, como era habitual en ciudades costeras del desierto.
En síntesis, esta imagen da cuenta de un paisaje urbano austero pero activo, funcionalmente organizado, que expresa las dinámicas propias de una ciudad intermedia del norte chileno en un periodo de consolidación urbana ligado al ciclo salitrero y a los flujos mercantiles y laborales del desierto.
Calle 21 de Mayo esquina Bolívar, década de 1970. En la imagen se observa un edificio de dos pisos que representa una etapa de transición arquitectónica en el centro urbano de Tocopilla. La construcción, realizada con muros de albañilería de base y una fachada continua que mantiene elementos en madera, particularmente en balcones y carpinterías, es característica de los procesos de modernización estructural que vivieron diversas ciudades del norte de Chile durante el siglo XX.
Este inmueble combina la lógica de la arquitectura comercial tradicional, de esquina y con uso mixto (comercio en el primer piso y residencia o bodegas en el segundo), con una estética sobria, funcionalista y racional, marcada por líneas simples, vanos verticales simétricos y ausencia de ornamentación.
La resolución de esquina mediante un balcón corrido evoca modelos anteriores de madera, lo que indica una continuidad tipológica a pesar del cambio en materiales y técnicas constructivas. Así, la edificación encarna una modernidad pragmática, propia de ciudades intermedias articuladas al comercio minorista y a la economía portuaria e industrial del norte chileno.
La fotografía muestra un momento de alguna tarde de la vida urbana de Tocopilla, en el final de la década de 1950, en la intersección de la calle Prat con Sargento Aldea, en las cercanías de la puerta de ingreso a la Compañía Salitrera Anglo Lautaro.
La calle Prat, una arteria principal y de alto flujo, se trata de una calle ancha, con pendientes leves, típica morfología de las ciudades costeras del norte de Chile, donde la topografía escalonada configura ejes visuales profundos.
Fue una arteria claramente consolidada desde los principios del siglo XX, con veredas, postes eléctricos, alumbrado público, árboles plantados en veredas, y edificaciones continuas de uno o dos pisos, lo que revela un grado avanzado de urbanización para una ciudad intermedia.
En el primer plano, aparece un automóvil Ford de principios de los años 40, posiblemente un modelo 1941–1946, lo que sugiere una prolongada vida útil de los vehículos en ciudades alejadas de los grandes centros urbanos, donde la renovación automotriz era más lenta. Al centro de la imagen se aprecia un bus de transporte público, probablemente un Chevrolet de los años 50, modificado con carrocería local.
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