domingo, 1 de julio de 2012

LUCIANO KULCZEWSKI, arquitecto de los Edificios Colectivos




“El Gobierno de Chile, la Caja del Seguro Obrero obligatorio, que me honro representar, han concurrido con entusiasmo y fe a este torneo; la misma fe y entusiasmo que nos impulsa en nuestra patria aportar todos nuestros esfuerzos y voluntades a la defensa de la salud del pueblo, a la preservacion y enaltecimiento de la vida...” Kulczewski, Buenos Aires, 1938  

Nacido en Temuco el 8 de enero de 1896, poseyendo ascendencia paterna francesa y polaca,  de madre nacida en la ciudad de Concepción.
Ingresa a estudiar arquitectura en la Universidad de Chile, en donde siendo  estudiante, ya había proyectado el diseño de algunas casas en Santiago Centro.

En la definición de sus estilos más trabajados, nos encontramos con una mixtura de corrientes estilísticas, tales como Neogóticos, Art Nouveau y Movimiento Moderno.
            Fruto de la polarización sociopolítica en los finales de la década del treinta, su vida iría más allá de la proyección y diseño de edificaciones, ya que su interés por la política hizo que se involucrara considerablemente en la Campaña Presidencial iniciada en 1938. Su bastión de lucha ideológica sería el llamado Frente Popular[1], alianza política conformada por Radicales, Comunistas, Socialistas. Luego, se incorporarían variados sindicatos, entre ellos todos los agrupados en la Central de Trabajadores de Chile (CTCH), la Federación de Estudiantes de Chile (FECH) y el movimiento mapuche constituido en el Frente Único Araucano, conformando una alianza estratégica para establecer la candidatura del Profesor de Castellano y Abogado Pedro Aguirre Cerda, quien  resultó electo y gobernó entre 1938 hasta 1941[2] bajo el lema “Gobernar es Educar” y “Pan, techo y abrigo”.
            Su vinculación con el Presidente de Chile Aguirre Cerda, alias “Don Tinto”, se había iniciado en el Instituto Nacional lugar en donde fue su profesor.  Desde allí Kulczewski se enlazó  con movimientos izquierdistas lo cuales profundizarían su vinculación en su estancia en la Universidad de Chile.
            A su vez, los devastadores efectos del gran terremoto de Chillán en 1939, que significó la horrenda cifra de 40.000 muertos y una ciudad totalmente colapsada, instaló una nueva discusión en cuanto a los destinos de la nueva arquitectura, sumando a esta discusión la realidad, o problema, que representaba las viviendas económicas levantadas en toda la zona asolada[3].   En ese contexto se realiza el Congreso Panamericano de la Vivienda Popular en la ciudad de Buenos Aires. Este congreso permitió hacer un balance y diagnosticar el estado de la situación que enfrentaba el problema de la vivienda en el país, conviniendo con el desastre del terremoto y la reciente creación de la Caja de la Habitación Popular[4].
            Luciano Kulczewski asistió a este congreso como Delegado del Gobierno Chileno, siendo designado como vicepresidente del mismo simposio[5]. Refiriéndose a la situación de la realidad chilena, en su discurso, señalaba que los esfuerzos realizados eran escasos, “la causa principal ha sido el punto de partida erróneo de los planes: un criterio financiero y no económico social[6]. El arquitecto Max Aguirre apuntó sobre lo anterior a que, en el decenio de 1929-1939 se construyeron en Chile 60.000 viviendas fuera de la iniciativa privada, por lo que, se requerían 50.000 por año, sólo para atender el crecimiento vegetativo de la población, como así también para reemplazar a las casas obsolescentes. En esta lógica, la mirada de este arquitecto era asiduamente crítica y podemos concebir desde sus palabras que la solución habitacional, que entraña un impacto tremendo en la calidad de vida de sus usuarios, no debería estar constreñido sólo a un criterio economicista, o más bien financiero. En este tenor, hemos verificado que su tesis ha sido inmensamente comprobada en la indagación de las soluciones otorgadas por el Estado frente a las problemáticas habitaciones. Soluciones que sólo reprodujeron la pobreza, la insalubridad y las patologías.
En los principales postulados planteados por Kulczewski en el Congreso de Buenos Aires, caló hondo aquella que hacía mención al vigoroso cuestionamiento  a las políticas habitacionales impulsadas por el Estado de Chile. En ella, este arquitecto señaló que, “se gasta ingenio y tinta en buscar soluciones que van desde el material inverosímil hasta planimetrías absurdas como nichos de cementerio; o se buscan terrenos que, por su precio, linden a paramos o basurales en los extremos de las ciudad creando a sus viviendas, nuevas y crueles diferencias”[7]
Este criterio financiero en la solución habitacional, se alejaba completamente del propósito inicial, de su propósito en pro de la sociedad, dando paso a trágicas formulas, conventillo: pueblo.  “El Conventillo-Pueblo no puede romperse nunca mientras exista ésta política (…) la realidad nacional sudamericana, es una práctica igual para todos, Conventillo-Tugurio, y como resultante Morbilidad y Mortalidad”[8] que venían acrecentar sólo resultados aterradores.
            En el discurso dictado por  Kulczewski, se dejó en claro que la política tradicional del Estado chileno sólo formaba barriadas de casas baratas que evidenciaban el contraste entre “los felices y los infortunados, enrostrando una vez más a estos últimos su condición” luego agregaba que eran sólo hangares ordinarios y minúsculos, espacios en donde era imposible reconstituir el hogar. “…la familia modesta, hoy destruida por falta de vivienda adecuada, las enfermedades inherentes al tugurio, al alcoholismo, el desanimo fatalista y la muerte prematura, donde no podrá oírse jamás un canto alegre a la vida que sonaría a sarcasmo entre harapos”[9].
            Seguidamente, como una forma de retribuir su entrega en la campaña presidencial, pero por sobre todo por su filosofía social,  su óptica del rol del Estado en cuanto a la vivienda, el electo Presidente Aguirre Cerda  lo nombra Administrador de la Caja de Seguro Obrero Obligatorio a contar de  1939, Kulczewski estuvo en el cargo entre el 13 de enero de 1939 y el 16 de febrero de 1940.  Corto, pero fructífero periodo  para instaurar uno de sus proyectos más emblemáticos en la arquitectura: la creación de conjuntos habitacionales colectivos para trabajadores, enmarcándose en la obtención de una vida salubre en pos de una mejor calidad de vida. Estos Edificios Colectivos vendrían a renovar la moderna forma de habitar de los nortinos, siendo su sello la contextualización del diseño  a la aridez del norte. 
            No obstante, surgiría la renuncia de Kulczewski la que se debió a una investigación sumarial ejercida en vista de su gestión, para lo cual se le pidió que tomara vacaciones. El sumario apuntaba a críticas, que llegaron incluso desde la Cámara de Diputados, en donde se le acusó de irregularidades,  el señor Administrador General don Luciano Kulczewski, autorizó gastos, registrados en la cuenta Acción Social, en beneficio de los obreros, sin contar con el acuerdo del Consejo, si bien más tarde aquel cuerpo Directivo aceptó implícitamente ante la situación de hecho producida. El mismo ex-Administrador anticipó fondos al Contratista señor Aliro Cordero, sin autorización del Consejo, avances que quedaron regularizados en 'el curso la realización de las obras con la presentación de los respectivos estados de pago”[10]. Otros cuestionamientos se referían a que, “Ateniéndose al espíritu con que se redactó la cláusula 6º del borrador del contrato cost-plus, el señor Aliro Cordero debió presentar una garantía por valor de 600.000 pesos para responder a la ejecución de las obras que se le confiaron, en vez de 300.000 pesos a que ascendió la caución que otorgó”[11].
             Frente a ello, decide dimitir indeclinablemente. A esas alturas, su imagen pública ya estaba consolidada, en cuanto a una sensible percepción popular y por  su gestión, además por la innovación en la visión estratégica de la institución que él implantó con su filosofía social. En esas circunstancias, los obreros de la construcción de los edificios en Tocopilla, realizaron una protesta. La Prensa informaba que,  “El Gobernador del Departamento dio cuenta al Ministerio del Interior de la manifestación callejera realizada por los obreros del Colectivo en la noche del martes sin autorización previa, para manifestar al gobierno que por ningún motivo aceptaban que el Administrador de la Caja del Seguro renunciara a su cargo”. En el telegrama se contaba que, este hecho era la manifestación de los obreros, empleados del señor Luis Araya, Inspector de Obras por cuenta de la Caja y el señor Luis García, Presidente del Sindicato.
            En el decir de El Mercurio de Santiago, el arquitecto Kulczewski logró plasmar una arquitectura con identidad nacional. Es uno de nuestros arquitectos más prolíficos; desarrolló varios estilos antagónicos, desde el neomedievalista al Art Nouveau, el Art Déco y el neoclasicismo francés. Todos, con una gran calidad arquitectónica (…) Además, tuvo una profunda vocación social: construyó muchos conjuntos poblacionales adscritos a la Ley de Edificación Barata, logrando que cada casa tuviera una identidad propia…”[12]. Se suman a estas consideraciones las mismas palabras emitidas por el arquitecto Kulczewski en 1938, aquellas que nos señalaban por allá en 1938, que “…el Gobierno de Chile, la Caja del Seguro Obrero Obligatorio, consideran que la política de la vivienda debe ser dar habitación higiénica confortable y bella, que tienda a reconstruir el hogar, la familia proletaria, y con ello recuperar para la sociedad, justa y armónicamente organizada, a la inmensa mayoría de nuestros conciudadanos”. Sobre estas últimas líneas, se ha apostillado a que el arquitecto reflejó la conciencia alcanzada sobre el tema de la vivienda y pone en evidencia a la dimensión social que caracterizará el sentido de lo moderno en el ámbito de las viviendas para los sectores obreros y, en general, para los grupos de más bajos recursos. Se postula a una vivienda bien situada, de acuerdo a las necesidades de trabajo de sus ocupantes, bien construida y más allá de los costos[13].




[1]                 Una vez que el Frente Popular se hizo cargo del  gobierno, la coalición con un fuerte rasgo de centroizquierda, llevó a cabo un ambicioso programa educacional, que se pronunció en la construcción de alrededor de un millar de escuelas básicas y la apertura de 3.000 plazas para profesores. No obstante, su mayor apuesta como gobierno estuvo en la instauración, en 1939, de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), cuyo objetivo fue el fomento y promoción de la economía de Chile  en sus heterogéneas áreas, por razón de políticas públicas destinadas a impulsar la producción industrial y la modernización del sector agrícola. Cimiento primordial de esta maniobra de desarrollo fue una política arancelaria y cambiaria que incentivó la sustitución de importaciones de bienes intermedios y manufacturados, periodo conocido como ISI. Este proyecto incentivó la creación de líneas de crédito de apoyo a la industria, la construcción de infraestructura y la instalación de industrias básicas, como el refinado de combustibles y derivados del petróleo,  la producción de acero  y generación de energía eléctrica.

[2]                 El 10 de noviembre de 1941, el Presidente Pedro Aguirre Cerda gravemente  enfermo, delegó su  cargo, entregándoselo al ministro del Interior, Jerónimo Méndez Arancibia. Luego de 15 días de agonía, falleció  el 25 de noviembre por causa de una  tuberculosis, dejando de existir tras tres años de gobierno. Sus funerales dieron muestra del enorme aprecio que la nación le manifestaba, miles de personas se volcaron a las calles para despedir al  llamado “Presidente de los pobres”.

[3]                 En la cuantificación de los terremotos acaecidos en Chile, al menos en el lapso 1906 y 1942, hubo tres grandes eventos de esta naturaleza; Valparaíso en 1906, Talca en 1928 y el gran terremoto de Chillan en 1939. En todos estos fenómenos, la construcción en adobe queda obsoleta. Según Aguirre (2004) el terremoto de Talca impulsó la promulgación de la primera Ordenanza de Construcciones que exigió cálculo de estructuras, uso de albañilería reforzada, permisos de edificación y planes reguladores.
[4]                 Aguirre (2004) pág. 90.
[5]                 Ibídem, pág. 91.
[6]                 Ibídem. Pág. 91.
[7]                 Kulczewski (1938) ponencia en el Congreso Panamericano de la Vivienda Popular. Buenos Aires, Argentina. Revista Acción Social. Enero 1940.
[8]                 Ibídem, pág. 6.
[9]                 Ibídem.
[10]               Archivo Cámara de Diputados, acta de la  Sesión Ordinaria Nª 10,  martes 10 de julio de 1941. Pág. 79.
[11]               Ibídem, pág. 79.
[12]               El Mercurio de Santiago, 15 de junio 2011.
[13]               Aguirre (2004) pág. 92.

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