Nació en Metrovic en Yugoslavia
el 2 de enero de 1915, llegando a Chile el 17 de marzo 1939. En su
tierra natal fue Técnico Agrícola trabajando en los campos yugoslavos,
principalmente en tiempos de vendimia. Llegó a Tocopilla, luego de su paso por
Antofagasta, y fue aquí en donde comenzó a trabajar con su hermano Pedro. Luego
se independizó y se desenvolvió como empresario panificador, a través de la recordada
“Panadería Latorre” de calle Sucre.
Sintió mucho cariño por estas
tierras chilenas, la misma que fue creciendo en su corazón y se arraigó con lo
más profundo de su ser, y por ello se consideraba un tocopillano más y quiso darle
la pujanza y entereza como todo hombre nortino, apoyando una serie de instancias
progresistas, entre otras; el Espigón de Atraque, la apertura del Camino
Costero. Su vocación de servicio, lo
llevó a participar en connotadas instituciones, tales como el Club de Leones,
Tocopilla Sporting, Asociación de Industriales Panificadores, Club de la Unión,
Cruz Roja, Club Chilenito, Club Yugoslavo y la I Compañía de Bomberos.
Se casó con la Señora Fanny Garafulic Simunovic,
también con ascendencia yugoslava y ex Directora de la Escuela Superior de
Niñas N°2, con quien compartió 37 años de matrimonio. Junto ella fue posible
cumplir su deseo de visitar su patria lejana, aquella que lo vio nacer, viajando
en tres oportunidades a Yugoslavia.
En su patria de origen conoció la guerra y el
dolor que provoca la crueldad humana por esa razones, Marko Medar, aquel que
admiraba al mariscal Tito, se convirtió en un filántropo ya que siempre le tendió la mano a quien se lo pedía. Muchas familias recibían de su propia mano el pan de cada día
entregado silenciosamente. Era muy admirado por su solidaridad, simpatía, por sus consejos y por su historia de
emprendimiento.
Su vida también fue marcada por
el futbol, llegando a ser entrenador de la Selección de Tocopilla, asimismo
dirigente y arbitro. Su principal logro como entrenador fue llegar con su
equipo en el año 1957 a las finales del Campeonato Nacional de Futbol,
realizado en María Elena, en el cual obtuvo el bicecampeonato ante el equipo de
Peñaflor. Bajo su alero, fueron muchos los deportistas que lograron desarrollar
su carrera.
Su esposa nos cuenta que, “sus numerosos amigos lo estimaron mucho y
conocieron el alma altruista del “gringo”, escuchaban sus palabras amables y
sus sabios consejos, (…) fue un gran colaborador con mi escuela de niñas”
Su vida llena de tantas
anécdotas, se troncho inesperadamente en un
accidente carretero el dieciocho de septiembre de 1986 cerca de Chañaral.
Su esposa, salvó milagrosamente después de 3 meses hospitalizada. A pocos días
de su muerte, el alcalde Carlos Cantero lo distinguió en forma póstuma con la
Orden Al Merito Ciudadano. Merecido reconocimiento para este gran personaje
enraizado en estas tierras de salitre, cerros y mar.

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