El
altruismo del Doctor Rendic brilla más allá de los márgenes territoriales de
Antofagasta. Tocopilla también supo de sus bondades. Magnánimo que destacó por
su aliento de asistencia, que suministró socorro sin ostentaciones ni
vanidad, con sumisión a una vida de ayuda.
Una
vez despuntada la crítica década del treinta, los cesantes se incrementaban por
la ciudad, ante ello, el vicio, el
alcohol y la violencia se acrecentaba en Tocopilla. Era necesario administrar
ese ocio masivo y calmar las pasiones obreras asoladas por la hambruna. Surge en
ese contexto la Universidad Popular el
19 de julio de 1934, creada bajo el alero del círculo artístico Artes & Letras. Esta Universidad Popular, dictó los cursos de peluquería,
dactilografía, taquigrafía, moda, gasfitería, inglés, encuadernación, entre
otros, todo estaba dirigido a los
jóvenes que terminaban sexto año básico y no tenían la oportunidad de continuar
sus estudios secundarios, pues en Tocopilla no se dictaban como así también, a
los cesantes del salitre que habían bajado a puerto. En esta Universidad
Popular los profesores eran voluntarios
y paralelamente surgiría la Biblioteca Popular. Dentro de las
principales actividades estaban las Conferencias, dictadas por connotadas
personalidades, entre ellas el doctor Antonio Rendic, quien viajó hasta Tocopilla
para dictar la charla “Cultura y raza Iberoamérica” charla masiva dictada para
los obreros, artistas y dirigentes del Puerto Salitrero, dando así un fuerte apoyo
a esta institución filantrópica a través de la instrucción.
Este impulso intelectual brindado por Rendic a
Tocopilla también se haría patente en una gran donación de libros realizada a
la Escuela Superior de Hombres N°1, en noviembre de 1944. Una escuela pobre, con
muchos niños desheredados, funcionando en
un edificio recién inaugurado. La Prensa de Tocopilla señalaba “La Dirección de la Escuela N°1 agradece el
gesto del Dr. Rendic y desea que tenga
imitadores…”.(1/12/1944) Esta donación
dio pie a una campaña de recolección de libros y revistas para incrementar la dotación
de la nueva biblioteca.
Con
estos grandes actos, la labor del doctor Rendic fue integral, marchando más allá
de su ámbito disciplinario, más allá de la ciencia médica, su integridad humana
abogaba por una educación para todos, trabajando en terreno la propia academia
del conocimiento. Sabemos ya de su gran labor filantrópica en el Patronato de
la Infancia y sus atenciones gratis para todos los que la requerían durante el trienio
de 1930-32. Como así también sus recorridos por los Barrios Obreros.
En
la perspectiva, su imagen se vincula con un Tocopilla necesitado al cual
siempre acudió en ayuda, desde su mirada como intelectual, médico y conmovido
por la pobreza existente entre estos cerros de sal, cobre y mar.
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