¿Qué sucedía en Tocopilla después de haber superado la Fiebre Amarilla ? ¿Cómo era su panorama? ¿Qué opinaban nuestros honorables?
Tocopilla fue visitada por una comisión parlamentaria encargada de estudiar las necesidades de las provincias de Tarapacá y Antofagasta, corría 1913.
Todo lo observado y recopilado, fue expresado a través de un documento, el cual, fue leído y pronunciado como discurso por el presidente de la Comisión , diputado Enrique Oyarzún en la sesión del 7 de noviembre de 1913.[1]
Esta comisión estaba compuesta por el diputado Enrique Oyarzun, y como Secretario, el Oficial de Partes de la misma Cámara, don Juan Villamil Concha, y “se acordó solicitar del Ministerio de Industria el permiso necesario para que el jefe de la Oficina del Trabajo, don Eugenio Frías Collao, se agregara también a ella, para auxiliarla en sus investigaciones relativas a los problemas industriales y obreros que debían estudiarse en la zona salitrera” [2]
Aquel documento nos cuenta que en Tocopilla se comentaba que “Aquí no hay de malo sino los hombres que nos gobiernan”. Luego, nos dice “…actualmente –en Tocopilla- somos unos cuatro mil habitantes. Éramos seis mil antes de la fiebre amarilla que nos visitó el año pasado: murieron unos seiscientos y el resto se dispersó en la pampa y no ha regresado.”
Según esta comisión, la comunidad entera comentaba que “el prefecto de policía es buena persona; pero no sabemos por qué es impotente para evitar, el vicio en la población. Hay aquí ocho prostíbulos de los llamados decentes; pero son mucho más los clandestinos. Bajo el amparo de la patente municipal de hotel con cantina, tan común aquí en el norte, hay cerca de doscientos pequeños comercios de alcohol que se proveen en su gran mayoría de las tres grandes fabricas de licores que hay aquí mismo y que la autoridad deja funcionar en entera libertad de falsificación, y con eso se envenena al pueblo, y la ebriedad y los delitos de sangre reemplazan con ventaja a la bubónica y a la viruela, desconocidas aquí gracias a la bondad del clima y a la configuración especial de la bahía. No tenemos ningún muelle fiscal, aunque este puerto da más de doce millones de pesos oro de entrada aduanera al año”.
En cuanto a los Servicios Públicos, nos informamos que “La Aduana funciona en una mala y viejísima casa arrendada que no da seguridad alguna y que vale mil pesos de arriendo mensual, y arrendados son todos los demás edificios públicos donde funcionan los servicios fiscales, a excepción de la policía y de la cárcel, que juntas están en un mismo sitio fiscal, de material ligero y sin seguridad.[3] Tenemos un regular hospital con cuatro salas y ochenta camas; pero es pobre, pues apenas lo protegen las oficinas salitreras, aunque son ellas las que nos lo ocupan con los heridos y enfermos que nos mandan desde las oficinas…” [4]
De esa manera se constataba que la mala situación del hospital: un minúsculo espacial, hacinado y lúgubre. Era la evidencia de que la residencia en Tocopilla fuese un tanto peligrosa en caso de enfermarse.
La misma situación luctuosa se presentaba en las escuelas publicas, pero el informe nos detalla una infidencia; “así como nuestras escuelas, y aunque estas funcionan en edificios arrendados; lo peor que hay en ellas no es precisamente lo inadecuado de los edificios, sino las prendas de carácter del visitador de la provincia. Que descuida enteramente el servicio y ante el cual tiemblan asustadas las pobres preceptoras, cuando de tarde en tarde las visita.”
Nuestro Municipio tampoco escapaba al juicio duro de la comitiva, se dudaba de la probidad y se dejaba sentir la opacidad; “el Municipio tiene mas de cien mil pesos de presupuesto anual, aunque es muy difícil precisar esta cantidad, ya que en él todo se hace sin publicidad de ningún genero. Pero como el servicio de alumbrado es muy reducido, y el de aseo y regadío de calles se hace con muy pobres elementos, y son esos los principales servicios municipales, no creemos que el total de ellos cueste mis de veinte mil pesos al año. Por qué no mandan un Ministro o siquiera un Inspector del Tribunal de Cuentas para ver todo esto y decir la verdad sobre todo lo que haya en cuentas municipales, así como sobre las fiscales de policías, escuelas y demás servicios que atiende la Gobernación ?” La duda a la transparencia del cometido funcionario era evidente.
Luego sentencia: “Ya ven ustedes como en Tocopilla todo lo ajeno a la mano del Gobierno es bueno: clima, mar tranquilo y bahía como no habrá dos en toda la costa del país; cerros cuajados de cobre y pampa impregnada de salitr; buenos ánimos para trabajar y abundante capital extranjero: alemán e ingles en las grandes empresas de Sloman y de la Anglo-Chilian , desde hace largos años establecidas entre nosotros; yanqui en las poderosas instalaciones para llevar fuerza eléctrica a Chuquicamata, que ya se han iniciado en nuestra propia bahía, y que se incrementará quien sabe hasta que proporciones si acepta nuestro puerto para el movimiento de embarque de aquel mineral. Solo tenemos como tropiezos la comuna autónoma que nos dieron los legisladores de 1891, y los servicios administrativos fiscales con las maculas que les dejamos expuestas.”[5]
Después de haber sido azotado por un fenómeno infeccioso, según esta comisión, el daño mayor que residía en Tocopilla post fiebre, eran sus autoridades acusadas de inefable corrupción y una política de “deja pasar y deja hacer”. Las cosas no andaban bien. Será inherente a la política esa actitud vergonzosa o es un sello de la vida histórica local?
[1] Este Informe tenia como propósito pronunciarse sobre los proyectos de ley, monografías de carácter sociológico, memoriales, medidas insinuadas al gobierno y otros antecedentes / Comisión Parlamentaria Encargada de Estudiar las Necesidades de las Provincias de Tarapacá y Antofagasta. Santiago: Talleres de la Empresa Zig-Zag , 1913. VII, 328 p.
[2] Ibídem.
[3] La Cárcel y el edificio de policía de Tocopilla, estaban ubicados en calle 21 de mayo esquina Colon.
[4] El Hospital local de entonces, estaba ubicado en calle Washington esquina Guillermo Matta.
[5] En: Comisión Parlamentaria Encargada de Estudiar las Necesidades de las Provincias de Tarapacá y Antofagasta. Santiago: Talleres de la Empresa Zig-Zag , 1913. VII, 328 p.

Me encanta la historia, sobre todo de Tocopilla la encuentro fascinante…muchas gracias por tu aporte
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