Entrada principal del Estadio Municipal, construido en 1931 bajo el gobierno de Carlos Ibáñez.
La fachada posee con una estructura que combina elementos geométricos y ornamentales inspirados en el estilo Art Decó, adaptados a un diseño funcionalista. La composición de la fachada es simétrica, con detalles en alto relieve y un uso destacado de tipografía.
La entrada al estadio está compuesta por una estructura central enmarcada por dos bloques laterales, creando una sensación de solidez y estabilidad, posee relieves geométricos escalonados, presentes en los costados de la entrada, evocando influencias precolombinas, similares a las que se incorporaron en el Art Decó latinoamericano. Posee un friso con patrones en zigzag, lo que añade dinamismo y ritmo visual a la fachada. La tipografía decorativa posee letras alargadas y estilizadas, con una distribución equilibrada y con unidad visual, orientando la primera mirada hacia el nombre y rol de la infraestructura.
La fachada y la decoración que se evidencia posee un propósito principalmente simbólico y funcional, actuando como el acceso principal al recinto deportivo y como proyección simbólica de un recinto importante en la sociabilidad de antaño y de la actualidad.
Cabe señalar que el uso de concreto con detalles ornamentales era común en edificaciones públicas al finalizar la década de 1920, donde se priorizaba la durabilidad sin descuidar el diseño y la proyección estética de los equipamientos públicos.
Ciertamente, en la actualidad, el sitio expone señales de desgaste y deterioro, con partes de la estructura que parecen haber perdido su color original e intervenciones en el tiempo que alteraron la textura original del concreto. Esperamos que el municipio vele por su conservación como archivo patrimonial de Tocopilla surgido en 1931.
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