domingo, 11 de marzo de 2012

Planta termoeléctrica, desde Chile Exploration a E-CL




La historia parte con la llegada de la compañía norteamericana  Chile Exploration en 1914.  Sólo el conflicto bélico vivido en el mundo a la sazón, habría retrasado en cortos plazos la construcción de las instalaciones.

 Cuando Chile Exploration se vino a instalar la intención inicial era el agónico puerto de Cobija. Sin embargo, los vecinos tocopillanos reclamarían fuertemente a las autoridades para que no se autorizara la concesión a esta compañía en el citado puerto, ya que traería un menoscabo económico a Tocopilla; se acrecentaría la emigración y se perdería la importancia en el concierto provincial. Otro argumento apuntaba a que Cobija, aniquilado por el maremoto de 1877, se convertiría en un verdadero “feudo” gringo; letal para la soberanía chilena, tan en boga en aquella época de incorporación reciente de Tocopilla a Chile.

Cuando se supo que esta compañía anclaría en Cobija, aumentó considerablemente la solicitud de los particulares para obtener una concesión. Las autoridades presionaron a los inversionistas instalándose, definitivamente  en Tocopilla. Entre los férreos oponentes estuvo el diputado Lindorfo Alarcón y el médico Víctor Alzérreca, quienes realizaron gestiones de alto nivel para evitar el emplazamiento de la compañía en el otrora puerto boliviano.

Esta planta se denominaría la Coast Plant. Una vez que  estuvo claro que el gobierno chileno no veía con buenos ojos la instalación en  Cobija,  se  hicieron   las  adquisiciones  en  Tocopilla  protegiendo esos  terrenos  del sector Algodonales  con  pertenencias  mineras, procedimiento usual  en  estos  casos. Los terrenos fueron adquiridos a la Compañía Salitrera  H. B. Sloman y Cia.  en marzo de 1914.
              
El 28 de marzo de 1914, la Intendencia de Antofagasta, a través del Sub Secretario del Ministerio del Interior, informa del decreto que autorizaba la instalación de la planta. “…apruébese el proyecto presentado por el señor James Walmsley, por los señores Duncan Fox y Compañía, representantes de The Chile Exploration Company para instalar planta eléctrica en Tocopilla, para transmitir energía de alta tensión a Chuquicamata, con conformidad al plano y memoria explicativa que quedan archivados en la oficina técnica de acuerdo a la Ley N°1665 del 4 de agosto de 1904 sobre permiso de instalaciones eléctricas. Decreto reglamentario de la misma ley N° 4896 de 14 de diciembre del mismo años y decreto N ° 749 del 6 de marzo de 1911, en su caso sobre existencia de líneas eléctricas aéreas en una misma calle o recinto. 2°: sin perjuicio de los derechos de terceros, autorizárseles para ocupar por el termino de diez años contados desde la fecha en que se de principio a la explotación de las obras los bienes fiscales y nacionales de uso público que fueren necesarios para la instalación del servicio. 3°: los trabajos deberán iniciarse en el plazo de seis meses (…) autorizase al Gobernador de Tocopilla para que en representación del Fisco firme la escritura pública a que sebera reducirse el presente decreto. Barros Luco, Rafael Orregos, Julio Fabres”.[1]
              
En el mismo mes, se instalaron las cuatro primeras unidades que significarían el montaje de dieciséis calderas de 600 caballos de fuerza y cuatro turbinas  que producirían cuarenta mil kilovatios. Las instalaciones fueron construidas por la Casa Siemens-Schuckert.
              
En 1915 la compañía funcionaba con diez calderas Babcok provistas con tubos para agua para que, de este modo, se  produjera vapor saturado a 215 libras, el cual al ser sobrecalentado obtenía a una temperatura de 525 Fahrenheit. Desde todas estas instalaciones se inició  un sistema de postación que atravesaba toda la Cordillera de la Costa luego la Depresión Intermedia hasta llegar a Chuquicamata, situada a 140 kilómetros y a una altura de 2.760 metros sobre el nivel del mar. Desde la costa se iniciaba esa larga fila de  altas torres transportadoras. “(…) la energía total que en forma de corriente trifásica a 100.000 voltios llega de Tocopilla, es transformada a 5.000 voltios y convertida a continuación la mayor parte de ella en corriente continua de un promedio de 235 voltios, mientras que el resto sufre una segunda transformación a 500 voltios en la misma estación y auxiliada con estación auxiliar distante a 400 metros de la principal”[2].

Cabe señalar que el sistema de postación tiene la particularidad de hacer que cada torre esté separada por 200 metros por término medio, en algunos sectores, especialmente en las Cordillera de la Costa, hubo excepciones que hicieron que la separación fuese de 400 metros. “…los tres conductores existente en cada torre de alta tensión van dispuesto en un plano horizontal a una distancia de 3,95 metros uno de otro y tendido de tal suerte que el apoyo de suspensión de las cadenas viene a estar a una altura de 13, 3 metros sobre el suelo.”[3]
              
Ya en 1916,  la planta de Tocopilla se constituyó en una de las más modernas del mundo y en una de las primeras en transmitir energía eléctrica a tan alta tensión. En esa misma fecha poseía una potencia mayor que la de las empresas que en el futuro formarían CHILECTRA, las que abastecían a Santiago y Valparaíso. 
              
Luego, en 1918 se inauguraron calderas pero con una potencia del 1350 caballos de fuerza. La misma forma se agregó un turbo generador de 10.000 kilovatios en conjunto con un vaporizador con capacidad para estilar alrededor de diez toneladas de agua.
             
En la década del veinte,  la compañía solicita permisos para instalar una cañería flotante movible para facilitar la descarga de petróleo. Estas cañerías  flotaban mediante unos tambores de aceite vacío. Posteriormente estas serían reemplazadas por cañerías sub marinas.
              
El segundo cuerpo de la planta de baja presión fue de instalaba en 1926. En aquella época se montaron seis calderas que producía un vapor saturado a 200 a 215 libras sobrecalentando a 550 Fahrenheit. Esas calderas habían sido diseñadas y montadas para activar una potencia de 1.403 EPB, las cuales  poseían tubos inclinados, alcanzando a once los quemadores de cada caldera,  engendrando una presión en colector horizontal de 225 libras por pulgada cuadrada.
             
Las instalaciones de toda la compañía en la Bahía Algodonales consistían de dos grandes edificios independientes entre sí, uno de los cuales contenía todo lo referido a transformadores y aparatos de proyectar de alta tensión y en el otro gran edificio se poseía todo referido a las calderas, a  los turbogeneradores, a los cuadro de distribución y artefactos de baja presión. También se poseían edificios para oficinas otro para laboratorios y talleres mecánicos. “contiguo a la sala de calderas, se encuentra la parte del edificio destinado a los servicios auxiliares compuesta de una sola nave y con una extensión de 7 por 42 metros. En su obra húbose de emplear fuertes construcciones de hierro para ir instalando en su piso superior cinco depósitos de hierro de un contenido total de 600 metros cúbicos, para almacenar agua de mar, agua dulce y petróleo para la combustión. En esta parte del edificio se hicieron también considerables excavaciones a causa de que las bombas de refrigeración para los condensadores de las turbinas aquí montadas debían estar a una altura de 2,45metros por encima del nivel del mar, siendo así que el piso exterior colindante se encontraba a 9,6 metros más alto que el nivel referido”. [4]
              
Según Gerardo Martínez, Tocopilla y la planta eléctrica “con su capacidad ampliada en la década del treinta, superaba la potencia de Electric Power, que abastecía de electricidad a Washington D.C. De la energía entregada por la planta de Tocopilla, entre un 75 % y 85 % eran destinadas al proceso electrolito”[5].
              
Desde allí, hasta 1938 es denominada como “Planta de Baja Presión”, desde sus originales cuatro turbogeneradores hasta la Unidad 8. A partir de 1959 se ponen en servicio tres unidades a petróleo pesado, sucediéndose el  desarrollo de la generación a carbón, con cuatro unidades, sumándose a ellas el servicio de tres turbinas a gas, como respaldo.
              
En el  2001 se implementa la unidad a gas natural de ciclo combinado, con una potencia de 400 MW.
              
Como institución  pasa, en  1971, a manos del  Estado chileno, y posteriormente a CODELCO, como parte de la División Chuquicamata. En 1987, con la creación del Sistema Interconectado del Norte Grande, se constituye la División Tocopilla,  lo cual deviene en una gestión orientada específicamente a la generación eléctrica, transformándose en la generadora más grande del país. 
              
En 1995, el Directorio  aprobó  su transformación a  Sociedad Anónima, constituyéndose la sociedad entre CODELCO (99,0%) y CODELCO Services Inc. (1,0 %) con el nombre de Central Termoeléctrica Tocopilla S.A. El proceso de transformación culmina con su privatización y la incorporación de un socio, la Inversora Eléctrica Andina S.A.
              



[1] Arch. Gobernación de Tocopilla. Decreto N° 457, 28 de marzo de 1914.  Intendencia de Antofagasta, a través del Sub Secretario del Ministerio del Interior.
[2]Martínez Rodríguez, Gerardo,  en “Orígenes y desarrollo de Chuquicamata bajo la Chile Exploration Company” 1943.  Pág. 214.
[3] Ibídem. Pág. 215
[4] La Riqueza minera de Chile. Santiago: [s.n.], 1921-1933. 12 v., n° 96, (oct. 1930), p. 207-217
[5] Martínez Rodríguez, Gerardo,  en “Orígenes y desarrollo de Chuquicamata bajo la Chile Exploration Company” 1943. Pág. 215.
[6] Todos estos datos fueron proporcionado por el Hospital de Tocopilla, con motivo de la Cuenta Pública realizada en abril del año 2011. Luego, fueron  corroborados por la prestigiosa revista Qué Pasa, la cual en su edición N°  2089 del 22 de abril de 2011 publicó un reportaje pertinente con la catastrófica realidad ambiental, llamado “La Mancha Negra del Desierto”.
[7] Los enfermos de cáncer que viven en Tocopilla, tienen que viajar a Antofagasta para largas sesiones de evaluación y tratamiento, porque no se cuentan con especialistas en la ciudad. Para muchos tocopillanos en esa condición, esos 186 kilómetros de ruta son totalmente traumáticos en el sentido de no saber si regresaran. La agrupación Adaec, organización de ayuda a los enfermos de cáncer en Tocopilla, en nueve años, han ayudado a más de 400 personas. De ellos, hoy sólo 66 están vivos. (abril 2011). Por lo general los síntomas pasan por  dolores de cabeza, carraspera,  alergia, problemas a la vista y la garganta.


1 comentario:

  1. jajajaj..como es la cosa.muchos decian que llegaria la alegria al momento de la dictadura,despues de eso,quedo todo bajo manos privadas y le cortaron muchos privilegios,luz,agua entre otras cosas....el tremendo premio que le dio la democracia a los que trabajaban en aquella termoelectrica

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