El 22 de enero de 1996, cinco jóvenes perdieron trágicamente la vida en un accidente provocado por un camión fuera de control que bajó por la avenida 18 de septiembre impactando a la altura de la calle Dolores. Todos ellos formaban parte de la Alianza Halcones, una agrupación juvenil que participaba activamente en el Carnaval de Verano, y que se distinguía por sus profundos lazos de compañerismo, compromiso comunitario y sentido de pertenencia.
La tragedia conmocionó a sus familias, amistades y a toda la comunidad local, dejando una cicatriz profunda en la memoria colectiva. Aquella jornada que debía ser de alegría y celebración se transformó en una fecha de duelo que aún resuena con fuerza en el recuerdo de quienes vivieron esos días de luto y consternación. Ellos eran Pily, Yerko, Prisila, Giberto y Marco.
La partida de estos jóvenes no solo significó una pérdida irreparable, sino que también expuso los riesgos latentes asociados a la circulación de camiones de alto tonelaje en áreas urbanas. Fue, además, un crudo recordatorio de la urgencia de exigir mayores estándares de seguridad vial y una planificación urbana que antepusiera el bienestar de la ciudadanía frente a intereses logísticos o comerciales.
A casi tres décadas de los hechos, la memoria de los jóvenes Halcones sigue viva como un símbolo de juventud, alegría truncada y una advertencia que no debe ser olvidada.


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