martes, 6 de diciembre de 2011

Mansión Baburizza (Ex Aduana de Tocopilla)





Fue un edificio construido en 1915 por orden del magnate salitrero de origen croata Pascual Baburizza (1875 – 1941).
Fue usada como residencia y como lugar de gestión de transacciones salitreras, contaba con una amplia vista que permitia contemplar en su integridad la bahía de Algodonales.
Con la desaparición del empresario croata, el inmueble fue adquirido por la Compañía Salitrera Anglo Chilena, consorcio que lo destinó como bodega y al uso de algunas oficinas.
El fisco, mediante un comodato, adquirió este edificio y lo destinó al funcionamiento de Aduana en el transcurso de la década del 1940.
La Aduana funcionó varios años hasta que, con la construcción del edificio de los Servicios Públicos inaugurados en 1977, se dejó de ocupar el local, el cual permaneció desocupado por algunos años, hasta la ominosa tarde del 10 de agosto de 1990, el día de su incendiada extinción.
El incendio fue de grandes proporciones, llegando a dañar las bodegas de la Compañía Minera de Tocopilla (CMT).
En una desesperada lucha contra el fuego, los bomberos tocopillanos no pudieron combatir contra esta gran llamarada: el excesivo calor, perceptible a cientos de metros y los escasos elementos técnicos y materiales de extinción hicieron difícil la misión.
Según los diarios de la época, las versiones que circulaban en cuanto al origen de este gran incendio nos indican desde el lanzamiento de colillas de cigarros, fogatas cometidas por niños, hasta acusaciones que indicaban que el fuego fue iniciado por vagabundos, etc.
Independiente de las causas y los causantes, los que quedaron definitivamente en el olvido y en el silencio, esta gran casona estaba completamente impregnada con partículas de salitre que fueron trasladadas por el viento y que se fueron adhiriendo a la madera. Esta situación estimuló un consumo veloz, sin poder rescatar nada de lo que quedaba en su interior: todo el patrimonio mobiliario y un extenso archivo documental.

2 comentarios:

  1. Pa variar los bomberos dando la hora, teniendo el mar ahí mismo.

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  2. muy triste, yo tenia 7 años cuando vi como se consumia ese hermoso edifico.

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