Cuando el país vivía en dictadura, los militares decidieron que todos los domingos los escolares debían rendir algún homenaje en relación a las efemérides nacional.
Es ese escenario, los estudiantes, profesores y apoderados debieron asistir forzadamente a desfilar, siendo, en el caso tocopillano, la escuela E-Nº 3 la más requerida para estas ceremonias castrenses.
Es ese escenario, los estudiantes, profesores y apoderados debieron asistir forzadamente a desfilar, siendo, en el caso tocopillano, la escuela E-Nº 3 la más requerida para estas ceremonias castrenses.
Para estas ceremonias, los profesores debían trabajar horas extraordinarias que, ciertamente, no eran remuneradas, se debía preparar a los alumnos y planificar la ceremonia, confeccionando los libretos que en su gran mayoría eran revisados y corregidos según el criterio militar, los profesores debían realizar un cotejo previo de todo lo que se iba a realizar, los participantes, las danzas que se harían para que fueran chequeadas por los mandos castrenses.
En esas ocurrencias, se debía asistir a actos cuyos homenajes eran un tanto lejanos con nuestra realidad local, por ejemplo hemos constatado que se realizaban actos en honor al “Dominio Antártico de Chile”, o “El Natalicio de Lord Cochrane”, homenaje al “Día Interamericano de Seguridad en el Transito”, entre tantos otros.
Como es de suponer, la asistencia a estos actos era obligatoria, siendo duramente reprendidos los errores y las salidas de libreto.
Mirando las crónicas del año 89, nos encontramos que, entre abril y noviembre, la comunidad escolar tocopillana tuvo que asistir a 19 desfiles. Sin considerar que en la época inicial de la dictadura, los desfiles eran casi todos los domingos.
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