viernes, 16 de julio de 2010

El Bicentenario en Tocopilla, ¿O la expresión del histórico centralismo?





Monumento inaugurado con motivo de la celebración del Centenario de la República.
Obra instalada en la Plaza Condell de Tocopilla que venía a constituirse como elemento de chilenizacion en estos nuevos territorios. 
















































                                                                                                                                                                                                         
2010, año del bicentenario de Chile, todos se aprestan a esta celebración integral de la chilenidad. Todo Chile se engalanará a través de la homogeneidad de nuestra identidad. Como si todo el país fuese indistinto.  Todos se vestirán de huasos, bailaran cuecas y se ensalzara al copihue como la flor nacional. Sin embargo esta celebración, siendo riguroso con la historia, poco tiene que ver con el norte de Chile. Al menos con las zonas anexionadas  posteriormente a la Guerra del Salitre.


Tocopilla, puerto oficializado como tal  en septiembre de  1843 por el gobierno boliviano,  se anexionó a Chile el 22 de marzo de 1879 y desde allí se configuraría un proceso de  “chilenización” profundo en la estructura cultural.


Dicho proceso consistió en el reemplazo forzoso de una cultura por otra; había que vedar y prohibir todo rasgo peruano y boliviano, para ello se usarían tres elementos claves: el servicio militar, la religión y la educación, a través de la escuela pública.


El primer hecho significativo a la vista fue el cambio de nombre en las calles tocopillanas, imponiéndose fechas y nombres de soldados, con el propósito de ensalzar las nuevas figuras e iconos  bélicos. En la religión se imponían  celebraciones, fechas y patronas militares, como la Virgen del Carmen.


En educación se hizo necesario, como era de esperar, textos que resaltaban las figuras de oficiales de la Guerra del Pacífico, efemérides castrenses,  nuevos feriados, himnos y canciones de homenaje militar. La geografía se miraría desde la “grandeza” de la naturaleza chilena.


Se enarbolaban como símbolo eternos  las banderas tricolores, escudos, himnos nacionales, y la historia de vida de los héroes nuevos. Desde entonces que se configuró el “acto del día lunes”, como una ceremonia cívica en donde se entonaba el himno nacional y se izaba el pabellón.  Y  en el mismo tenor, en varios  colegios de hombres, se creaban “Bandas de Guerra”, un poco para recrear, crudamente, la labor de los niños en la Guerra del Pacífico.


Se imponía y se trasladaba a Tocopilla y al resto del norte grande, una cultura central y marcada por la vida y tradiciones de campo.  Los niños tenían que olvidarse de su identidad marcada por la localización y por la historia, y debían asimilar  otra nueva caracterización con elementos que jamás habían vistos; como flores y animales, paisajes y músicas de lejanos lugares. Lo autóctono pasaba a constituirse en algo que era impropio, comienza el desprecio  y la persecución hacia los indígenas porque, supuestamente,  evidenciaban rasgos peruanos o bolivianos.


El modelo de enseñanza tenía una fuerte influencia alemana, las escuelas chilenas se remodelaban en términos de autoritarismo, formalismo y exacerbado nacionalismo. Se le dio un gran papel a la gimnasia y a los ejercicios pre-militares. Ejército y Escuela Pública  confluían como instrumentos distintos para el cumplimiento de un propósito superior de formar a la población en un sentido de patriotismo, disciplina y virtudes bélicas en pos de un país vencedor.


Este proceso de chilenización, claro que ha concluido, y con el inicio del siglo XX, la cultura centralista de Chile fue asimilada, aunque a la fuerza, y por tal razón fue asumida en el derecho y en los hechos.

Pero en el 2010, no sabemos si al norte le corresponde esa celebración del bicentenario, las regiones XV, I y II, son chilenas hace 130, y no hace 200.

Evidentemente, nos adherimos a la celebración, aunque no la poseamos fidedignamente. El bicentenario tiene mucho que ver con la expansión del centralismo. En 1810, muchas ciudades del norte ni existían, y luego al nacer, su génesis está enmarcada en territorios no chilenos. Feliz Bicentenario Centro de Chile.


2 comentarios:

  1. muy cierto lo que escribes damir, en alguna oportunidad lei sobre la obligacion de ser chileno en el norte obligando a los pobladores peruanos y boliviano a dejar sus tradiciones y ser chileno o si no los eliminaban o exiliaban, asi se perdio gran parte de las tradiciones que en muy pocos cectores como el altiplano coserva en pueblo aislados donde la mano del conquistador y la del chileno no la sometio como en otros sectores.

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  2. Ahora entiendo porque hacían el acto los días lunes. Pero me llama la atención porque es que no se habla de este tipo de cosas en las escuelas o liceos. Cosas que en mi parecer deberían tener categoría de cultura general,al menos para los que vivimos en el norte. Te encuentro toda la razón en lo que dices.Pero quién sabe cuántos años pasarán hasta que, al menos aqui en el norte, se tenga noción de lo que tu expones. Espero no tantos.=)

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